GOLAZO DE PIBE EN RIVER

Sand sufrió un golazo. No, no lo hizo: se lo metieron. Matías Suárez fue el autor intelectual y material de una obra maestra en 2005, en lo que actualmente es el River Camp de Ezeiza. Quien lo padeció fue Darío Ignacio Sand, arquero de la categoría 98 de River en aquella mañana en la que el Mágico, como habían bautizado al cordobés, todavía gema a pulir, se destacó en una derrota. Sí, hubo goleada: el partido de Sexta terminó en un contundente 6-3 para un equipazo local que integraban, entre otros talentos, Depetris y Buonanotte. Sin embargo, Suárez se destacó: no sólo le dio una asistencia a Pablo Chavarría, sino que además creó una maravilla adentro del área para batir con destreza al hermano de Pepe. Suárez marcó el segundo gol de Belgrano con un movimiento encantador. Le llegó un pase frontal y resolvió la situación con elegancia: dejó que la pelota le pasara por entre las piernas para engañar al arquero y que éste quedara en el camino. Una vez resuelta la gambeta, luego de un segundo enganche, definió con el arco solo. Y sorprendió a un representante que estaba sentado en las gradas: Juan Berros. El mismísimo agente de Marcelo Gallardo, quien intentaría tenerlo en su escudería. No prosperaría esa idea, aunque a la larga uno de sus futbolistas estrellas, Napoleón, si lo ficharía y lo tendría en su River.