LIKEKAKU
Conocé la story que une a Suárez con Lukaku: nació hace tiempo en Anderlecht y hoy sigue vía Instagram. El socio de Lautaro en el Inter nunca se olvida de Matías: no para de darle likes...
POR NICOLÁS BERARDO cberardo@ole.com.ar
2020-04-20T07:00:00.0000000Z
2020-04-20T07:00:00.0000000Z
Los Andes

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RIVER
No toda historia es una story. ¿Qué saben Kevin Systrom y Mike Krieger? Los highlights de la red social que ellos lanzaron en octubre de 2010 permanecen activos apenas 24 horas, pero las tramas que esconden esas fotos y recuerdos en muchos casos son perennes. Como la relación entre Matías Suárez y Romelu Lukaku: su amistad excede los arrobas y trasciende fronteras. Pegaron onda en Bélgica y perdieron contacto cuando el delantero de River regresó a Belgrano, pero retomaron el contacto cuando fichó en Núñez. En la era del smartphone, los mensajes viajan en milisegundos de Milán a Córdoba. También los posteos: el ariete belga suele clickearle corazones a las fotos del cordobés, a quien felicitó cuando marcó su primer gol en River y le envió un mensaje emotivo por el cumpleaños de su hija Alona. Ayer hubo mimo compartido: rememoraron con una postal virtual sus épocas en el Anderlecht. Suárez conoció a Lukaku cuando éste tenía 16 años y meteóricamente aspiraba a un lugar en el equipo. Ganaría continuidad producto del imprevisto retiro de Nicolás Frutos, quien con 28 años debió colgar los botines por una lesión tendinosa. Juntos compartieron apenas tres años: les alcan zó para congeniar. Dentro de la cancha la química era televisada y dejó registros estadísticos: Matías le convidó seis asistencias a Rom, aunque también gestó varias jugadas junto a Mbail Boussoufa para que el actual cumpa de Lautaro Martínez pudiera convertir. Dos de esos pasesgol se dieron en los últimos tres encuentros de Lukaku en Anderlecht antes de su venta al Chelsea inglés. Sin embargo, a esa altura, la relación estaba consolidada. Aunque poco compartían fuera de Astrid Park, sí lo hacían dentro del club, charlando sobre la vida como actualmente suelen hacerlo a través de Instagram. “Nos entendíamos muy bien. Recuerdo que a veces poníamos cuarteto en el vestuario y él pasaba calladito, era muy joven”, contaba Suárez hace unos años. Sentirse aceptado era importante para Romelu: de chico la había pasado mal en un contexto social que lo miraba de reojo por su color de piel. De hecho, su madre debía concurrir a los partidos de Inferiores con una fotocopia de la partida de nacimiento debido a que los padres de otros juveniles sospechaban que era más grande de lo que figuraba en los registros del club. RL encontró, en Suárez, un compinche. Y un referente, ya que es considerado uno de los íconos modernos del Anderlecht. Tal era esa admiración, ese cariño, que ya habiendo sido vendido a Chelsea, en 2011, viajó desde Londres hacia Bélgica para ver cómo su ex cumpa recibía la Bota de Oro. “Lukaku lo adora, lo ama”, cuentan desde el entorno del cordobés testigos de esa relación que, actualmente, se sostiene por Internet: cruzan saludos y mensajes en momentos especiales. Sin embargo, hubo un impasse de unos años... Tiempo después de haber regresado a la Argentina para jugar en Belgrano, Suárez cerró sus redes y cambió su número de teléfono luego de haber recibido críticas despiadadas. Así perdió varios contactos belgas. Entre ellos, el de Romelu. Aunque Instagram los volvería a unir. En enero de 2019, luego de fichar en Núñez, inauguró su nuevo perfil. Hubo alerta en Manchester: Rom vio de nuevo a su amigo en línea, lo agregó y hasta lo felicitó por sus recientes logros. Revivieron momentos. Se juntaron, otra vez. Volvieron los likes. Volvieron los Likeaku.
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